lunes, 10 de diciembre de 2007

EL INTRUSO MENOS ACONSEJABLE

Por primera vez en mucho tiempo, diría unos cinco meses, ayer, me comí una paella, donde habitualmente voy, una vez que me instale, en este barrio, cosa de un mes. Ya, la dueña, me dijo, en días anteriores, que Paella, habían los jueves y los domingos; y, all í pebre, no hacia, porque a su clientela, no le gustaba pues no sabe lo que se pierden. Y, llegó el domingo, después de recoger, el libro de las biografías de la colección que me estoy haciendo y la prensa.

Entró a comer, mi paella. Después de tres cuartos de hora, salgo del comedor y me tomo mi bombón, corto de leche, en la barra. Lástima, que no estaba el otro bombón, la hija de la dueña. Le tocaba el turno, al hermano, un bombón pero a lo ancho, como lo fui yo, unos años atrás. Y, empiezo a oír, una interesante conversación de alto nivel, entre dos clientes, posiblemente, habituales.

Eran un señor, de unos 65 años y una joven de unos 30. Yo, mientras saboreaba, mi café, los dos tenían opiniones diferentes al maltrato y la vejación a la mujer. Aunque los dos, estaban en contra; por supuesto.

Por, extraño que parezca, la joven, estaba, no en favor del hombre, pero, sí decía y no le falta razón, que una mujer en vías de separación y sí con el marido tiene muy mala relación; ella; sí quiere, puede dejar al marido en la ruina. Se queda con el piso, parte de la pensión, y sí tiene hijos, por cada uno de ellos, en fin, que les da las navidades, ha su ex, nunca mejor dicho.

El señor, decía que es verdad, pero que nunca había que llegar a las manos. Yo, los miraba, y como sí fuera yo un juez madre mía, yo no quiero ser un intocable, quiero ser tocable y terrestre me miraban como sí me buscarán, para que les confirmarán que llevaban razón.

Y, los dos decían los mismo, pero de diferente manera. Y, en eso, entra el George Clooney del barrio, porque no tiene otro calificativo. Su aspecto, entrando, ya quita el hipó tanto a mujeres como a hombres.

Media melena a mechas rubias y pegajosas, parecia que no se había lavado en meses. Gafas oscuras y grandes y fashion; estilo años 70 ó estilo, Marujita Díaz, como quieras que se quiera.

Con una voz tan bonita, que hubiera dejado en el paró a todos los locutores de radiofónicos, sí no fuera por el tono tan desgarrador, que tiene. Imagino, que de los carajillos que se toma al día.

Cazadora, donde está la inscripción en inglés donde hace publicidad de una Universidad de Estados Unidos. Debe de ser, que las de Salamanca, Alcalá de Henares o Valladolid, por decir tres importantes en España, no existen. Tiene que irse a los usan, lo que no se, sí en blanco ó
en color.

Vamos, que me pierdo. En fin a lo que iba, una perla de crió... como dirían nuestras abuelas. Esta, rozando la cuarentena. Y, cuando la joven contertulia, dice... Es que hay mujeres que se pasan haciendo mal, el hombre maltrata físicamente; pero, la mujer al hombre psicológicamente, salta está perla del Caribe, donde no fue invitado y suelta... Por eso las matan.

Toda la cafetería, se le quedó mirando, desaprobando el comentario fuera de lugar. Automáticamente, me quedé mirándole, con la mirada sería, pague la nota de la comida y me marché, detrás, salió la chica, nos quedamos mirando, y cada uno se fue por su camino.

Después de andar unos metros, giro la cabeza y veo al señor de los 65 años, saliendo del bar y murmurando, para sí. Total que de una simple charla de dos clientes de una cafetería, lo corto por lo sano un descerebrado. Y, me sentó mal la Paella, cinco meses sin probarla y llega uno, y me hace que me sienta mal.

En fin, ya se lo decía yo mi madre… mama, que necesidad tienes de ir a Madrid; ver la obra de teatro El Fantasma de la Opera, te cuesta entre el viaje, la estancia y la entrada unos 300 €. Si lo tienes y los ves gratis, saliedo al portal.

3 comentarios:

Conxa dijo...

Lo malo es que de esos elementos hay un buen número repartido por la geografia mundial.

Tendrás que buscarte un restaurante por la zona que tenga all i pebre, ¡ con lo bueno que está!
No dejes que nadie te corte la digestión de una buena paella.

Anónimo dijo...

Y quizas ese fantasma va de progre?
Esas estupideces me sublevan,y ademas son un peligro publico.
Y sabes que me fastidia mas...que nadie pare los pies a gilipollas asi,,aunque visto lo visto no merece la pena perder un mintuo en prestarle atencion...
Y esa paella que culpa tiene.....ay¡¡
Un bezote

EGOSTEIN dijo...

Con lo común que es ignorar a los demás hoy en día, me sorprende tu capacidad para oir incluso a los de más allá. Te aconsejo uses un ipod, te enchufes los audífonos y disfrutes tu paella desde tu cápsula de indiferencia, que en ocasiones como ésta no está de más. Una paella merece toda la atención y el respeto que se le pueda prestar, sobre todo después de tanto tiempo de no probarla.