jueves, 27 de diciembre de 2007

¡ QUÉ, SUSTO ¡


El viernes 14 de diciembre; llegué a casa, sobre las 17:10 h., me puse la radio con el volumen bajo y el pirganillo, me acosté y cerré los ojos. Empiezo a relajarme, mientras oigo las noticias, que no le prestaba mucha atención, pues me iba quedando anestesiado.

Empieza un sueño bastante extraño...
Soy un aparca-coches de un restaurante importante de la capital del Reino. Veo como aparcan los grandes ricachones y poderosos que hay en la capital y los que vienen de fuera.... un Mercedes, allí; un masseratí...por allá; el Ferrari, aquí a mi lado y el McLaren, yo se pondría, donde yo me ese a esos ingleses. Pero en fin, yo no soy el dueño del local.
Desde la lejanía, veo una preciosidad de cuatro ruedas. Nunca vi en verdad un coche como esté. Solo los vi en las películas, así que pensaban que no existían. Pero, veo que si. Es más, lo vi en series estilo Corrupción en Miami.
Tiene unas ruedas más gruesas que el brazo de Popeye. Se para así a mi altura, y sale el piloto con un sombrero texano y botas camperas de punta. De la puerta del copiloto, sale una pelirroja, de las que quita el hipo. Si yo tuviera un coche como esté, también las chicas se pegarían por que le llevara. Pero, en fin, tengo que conformarme con la bicicleta.
El vaquero, me tira las llaves fardando diciéndome con un acento de fuera... toma, chico, disfruta viéndolo y apárcamelo bien.- será el tío presumido. Me da la mano y me veo un billete verde de 100 €... Miento, no es nada presumido, me cae muy bien.
Me subo en el coche y mi mente dice que farde por la capital, mi conciencia que aparque y no me meta en líos. Hago caso a mi mente y me doy un garbeo por la capital
Estoy en la Gran Vía, la gente me ve y me envidian. Las chicas me ven y sueñan por estar a mi lado. Soy la envidia de Madrid. Ahora me meto por la Avenida de la Florida y lo pongo, jo... 300 Km., por hora.
Ahora llamo a Ramón, para que me envidie el presumido ese.... ¿ donde tengo el móvil ?, lo buscare con la mano derecha, mientras con la izquierda, conduzco. Mi melena al viento... joder, qué gozada.
Estoy ahora en la Puerta del Sol, soy la admiración de toda la plaza. La velocidad que llevo, les impide ver la maquina que estoy conduciendo.
Oigo como me aclaman ó ¿ me están insultando ?, por celos y envidia, bueno, me da igual... que se jodan. ¡ Uyyy !, ostia, la madre que la parió, como cruza esa tía por el paso de cebras, en vez de admirar la belleza que estoy conduciendo; casi le atropello.
Bueno, para que voy a parar, no le ha pasado nada y para oír sandeces, mejor que me esfume a toda maquina. Ahora, estoy al lado de la Plaza Mayor.... que disfruten, viéndome
...¡ hola !... la que este más buena que suba. ¡ Eh !, pues que os jodan, encima que invito a una, me hacen una peineta. No querrían que subiera a las cuatro, pues no caben, que se lo hubieran jugado a los chinos.
Llevo ya dos horas disfrutando, cera hora de plegar e irme al restaurante. Me iré por la Plaza de Carlos V, cojo Recoletos y me adentro en el Paseo de la Castellana. Así, en un periquete, estoy allí. Cinco minutos y estoy en el puesto de mi trabajo y no se han enterado.
Cojo esta cur.... ¡ eh !... ¡ ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh !.....
Abro los ojos, mientras oigo en la radio... un aparcacoches de un restaurante lujoso de Madrid, ha destrozado seis coches de lujo, en el aparcamiento de donde trabaja. Después de estar mas de dos horas por las calles de la capital y de ocasionar numerosos destrozos, halla por donde pasaba. Según los testigos, podía haber puesto el coche un Porche 911 a más de trescientos Km., por hora.
Gracias a Dios, no hay que lamentar ninguna desgracia personal. El gerente del Rte., no daba crédito a lo que había ocurrido, mientras veía los desperfectos ocasionados por su empleado... dos Mercedes; un BMW y el propio Porche.
El dueño del coche, al enterarse, salió con cara de circunstancias. Los desperfectos, todos materiales, pueden llegar a unos cientos de miles de euros. El autor de la pequeña gamberrada... un joven oriental, solo se atrevió a decir... quelía vacilal un poco. Una gamberrada, que pudo haber ocasionado una desgracia y al final, se quedo en numerosos destrozos de los citados coches.

¡ Uf !, menos mal, que mi sueño fue empujado por la noticia. Además que digo... no tengo el carné de conducir, ni coche, tampoco soy oriental. Mira, en lo único que acertaron, es que soy y vivo en la capital... pero en la del Turia.. Menos mal. ¡ Qué, susto !.



1 comentario:

Conxa dijo...

Sólo quería felicitarte.
Espero que la entrada en el nuevo año sea triunfante y que la vida te sonría.

Cuidate. Un beso.