martes, 23 de octubre de 2007

LA GRAN SENTADA


Son las 11:25 h, del 22 de octubre y entro a la Once. Vuelvo a estar aquí, por enésima vez... y las que hagan falta; por supuesto. Son las 12:00 h., y llevo aquí sentado, desde las 11:30 h., espero hoy, concertar la cita con Juan Carlos.
Una cita, que se debió de haber celebrado, el lunes pasado; pero malentendidos, al final, no se celebro. Así que espero hoy, concertar la entrevista.
Me han dicho, que subiera y me sentara, que enseguida me avisarían. Así que me siento.
Han pasado cuarenta y cinco minutos y he visto a Juan Carlos junto con Luis Carmelo; parecían, que salían de una reunión de jefazos de la empresa. Se metían en el ascensor y desaparecían. Intuyo, que han ido a tomar café ó almorzar. Yo, sigo sentado.
Han pasado veinte minutos mas y yo, nada de nada, sin novedad en el frente, sigo sentado.
Ha salido el Secretario de Juan Carlos de su despacho, me ha dicho que enseguida volvía... ¿ él ó Juan Carlos ?. Sigo sentado.
Me pongo a juguetear con el móvil, media hora después; vuelve Juan Carlos, me saluda y se mete en su despacho... El secretario, no aparece. Yo, sigo sentado.
Veo pasar inspectores, jefes de personal, agentes-vendedores. La mayoría me saludan, ya parezco de la familia. Pero yo, sigo sentado.
Vuelve el secretario, Le advierto, que Juan Carlos aparecido. Y, en un movimiento difícil para su inteligencia y su cerebro, mueve la cabeza sistemáticamente de arriba abajo, en perfecta sintonía con su cuello. Desaparece, entrando al despacho. Y, ¿ que me ocurre ?. ¡ Exacto !... Yo, sigo sentado.
Diez minutos después, vuelve a salir, parece que viene a mi... ¿ será verdad ?...que me van a dar ya la cita, me emociono, por la rapidez que demuestran y conque pasión hace su trabajo... Si, mis pronósticos, se han ratificados... Juan, el miércoles a las 19:30 h., tienes una cita con Juan Carlos. Ahora, que me había acostumbrado a la sentada y había cogido posición para estar más cómodo...

Cuando me dice el día y hora, salgo en dirección al ascensor y cuando están a punto de cerrar las puertas, me giro y con una sonrisa irónica y a la vez socarrona, le propongo... Vicente, esta vez apúntate la cita en la agenda, no vaya a ser que te olvides. Él se gira y me enseña una sonrisa de avergonzado, por su olvido. Se olvido de apuntarla las citas, las dos últimas veces y tuvieron que ser aplazadas.
En fin, casi dos horas después, salgo de la Once, con una cita de trabajo, bajo el brazo. El miércoles... siguiente capitulo.


3 comentarios:

EGOSTEIN dijo...

Yo que Juan Carlos cambiaba de secretario, porque si Vicente no tiene la capacidad de anotar una cita en la agenda, no creo que sirva para cosas más complicadas. Sin duda lo despido y te contrato a ti que para todas luces eres más simpático además de eficiente.

Conxa dijo...

jajajaja apoyo la moción de egostein !!!

Teatro Principal... ¿Humo?
me la recomiendas???

Un saludo.

Anónimo dijo...

Juan.....estira las piernas que falta te hace jaja
Ah¡¡ y cuidadin no sea que aparezcan esos enanos que tu sabes y le quiten la agenda a Vicente...menuda faena perder otra cita jajajaj
Bsts