viernes, 23 de noviembre de 2007

LA HIPOCRESÍA


Siempre queremos aparentar, lo que no somos. Bien por un ego personal, bien por tener un reconocimiento público, que nunca hemos tenido.
Entonces, la mente enferma, en vez de cambiar de actitud, lo que hace es cambiar de estrategia. Así, tiene ese aplauso que tanto cree merecer. Para esto, no duda en poner toda su maquinaria, para que sus objetivos, sean cumplidos. Hay otros, que simplemente cumplen con su cometido.
Te dan los consejos que necesitas en privado; pero en público, se desdicen y van al son que mas calienta. Te das cuenta, que son veletas.
Hay, los que gastan bromas; pero se niegan a ser objetivos de burlas y bromas, que puedan desmoronar su imagen pública.
Tenemos a los periodistas aficionados; en este apartado, estamos el 100%, quién no ha criticado a fulanito ó menganito.
Los hay, los que te apoyan en criticas que ironizas, sonríen y te animan para que continúes por ese camino y te aplauden por la forma en que te expresas. Pero, cuando es el ó tu, el centro de esa ironía, cambian de opinión y ya no les gusta.
Te llaman inculto, desgraciado e intentan con sus maniobras orquestales en la oscuridad, dejarte en evidencia.
Nosotros, mente despierta, para nuestro beneficio, cuando vemos que nos hemos equivocado; algunos, pedimos disculpas y eso nos honra; otros no volvemos a confiar y no le damos una oportunidad a la persona que nos está pidiendo esas disculpas sinceras.
Luego, esta la otra parte del conflicto, aceptamos las disculpas y olvidamos ese mal trago; y están, los que no perdonan, los que decimos con una sonrisa sarcástica, que si; pero en tu interior sabes, que te la tiene guardada.
Vemos también a esos grandes trabajadores, que están mas en todo, menos en lo que tienen que estar. Y, luego son los primeros que se quejan, de que trabajan mucho y no tienen descanso.
Eso si, ninguno somos hipócrita, el que es hipócrita es el que tenemos enfrente. Sabes que fulanita...bla, bla, bla. Te lo digo yo, que lo se de buena tinta. Por cierto, sabéis lo último de...

1 comentario:

EGOSTEIN dijo...

Como dices bien, critican a tus espaldas pero cuando los enfrentas no saben ni donde meterse. No es lo mismo ver los toros desde la barrera que en el ruedo.