martes, 6 de noviembre de 2007

CARLOS... EL HOMBRE


Son las 00:30 h., aunque tengo un poco de sueño, aún no iré a la cama. Mientras, me levanto y me voy a la cocina, para hacerme un capuchino. Cuando vuelvo, me veo en el salón del comedor a una persona, que me es familiar con unos atuendos, que para la época, en la que vivimos; queda un poco anticuada.
Ni siquiera el sombrero, se lleva en los tiempos que estamos. Lo veo, mientras me acerco al salón, su espalda , lleva una capa granate de terciopelo; llevando una armadura de guerra. Parece, que salga de una batalla de las que se libraban allá por el siglo XVI; cuando se da la vuelta, con una exquisitez, pausado y con un semblante serio. Lo reconozco; pues he leído mucho sobre... Carlos.
Hacia tres semanas que no lo veía. Posiblemente, se haya dado cuenta que necesito, sus consejos y sus vivencias; y, haya decidido, salir de su particular Palacio, para oírme.
Esta bastante enojado conmigo, pues hace un tiempo, que lo he dejado de lado. Con un toque irónico y una sonrisa, le digo si en vez de ser usted, majestad; hubiera sido, la Reina Isabel; no le hubiera dejado plantado .- me mira con una mirada desafiante y aterradora y mi sonrisa, va poco a poco desapareciendo; por la broma, que le he gastado; y , el no sabe encajarla ó no la comprende.
Me voy poniendo el semblante serio y cuando, voy a empezar a disculparme; notando el aliento de su enfado, veo que cambia de actitud y empieza a desencajarse de la risa, al tiempo que me indica... Lastima, que en mi época, no existieran las cámaras fotográficas, porque sino, ya te abría lanzado alguna, foto, para mostrarla a la Reina y todos mis asesores... mas que nada, por hacernos unas risas. Que pensabas, que los de Quinientos, ¿ no sabemos gastar bromas ?. Me encontrado en situaciones y escenas, ridículas; pero es la primera vez, que me encuentro con tanta ridiculez de tanta magnitud. Es una Real broma. A quién se lo diga, me toma como loco.
Pero, tengo que reconocer, que este belga de nacimiento y español de madre y de corazón; a pesar de sus 38 años que debe tener, ahora cuando lo veo. Ya tiene mucha experiencia vivida.
Majestad, tengo un problema, con un tal Francisco, que se cree el ombligo del mundo... Suele argumentar, que es Teniente Coronel de los ejércitos españoles... que ha estado en las conversaciones de paz en Israel... y que gracias a él, la paz en el mundo ha sido posible... Es; según él, Bioquímico... Tiene 64 años, pero, parece que disfruta haciendo mal... ¿ ya no se que puedo hacer?...
Merde… Merde… Merde… ¡ uy !, perdón. Mis pensamientos, lo suelo hacer en la lengua de donde nací. Vamos haber, no podría haberse llamado de otra forma... mas que Fran cis co. ¿ Porque será, que todos los Franciscos tienen mala leche ?... Acuérdate, que hace poco, dejasteis en el Valle de los Caídos, a uno.
Pero volvamos a los asuntos que nos conciernen, que me pierdo... no tenía su madre otro nombre, que el de Francisco... ¡ cachis !.
Mira, en la batalla de Pavía, ya tuvo su merecido, el Francisco, que me tocaba los c... ¡ Perón !, vaya, he vuelto a pensar en francés. Mi error, fue volver a confiar en él y dejar que se me escapara. También, no haberlo matado, para que nos vamos a engañar, pensar, lo pensé. Y, esta gente, sino lo liquidas, no parada. Pero, claro en la época donde habitas, pues eso esta prohibido. Porque en la mía, podíamos dejar pasar un tupido velo, y como teníamos tantas batallas, pues, eso...
Yo te recomiendo; que no le hagas caso, que es muy mala persona. Le gusta dañar para obtener beneficio y va siempre de victima, aunque te diré, que ya no le van a quedar argumentos, pues su estrategia, se le acaba. Porque, seguramente, ya lo conocerán de la clase de calaña, que es.
También en nuestro tiempo, había uno, que solo hacía manipular a todos los que estuvieran en su entorno. Su padre me sirvió, pero quién más sufrió sus manipulaciones, fueron mis hijos Don Juan y el Príncipe Felipe. Atendía a nombre de Antonio Pérez. Has tenido en cuenta, si ambos son familias, tu Francisco y el Antoñito. Porque parece que están cortados por el mismo patrón.
Son gente, que se van a quedar más solo que la una... y eso que la una, esta sola. Pero, por favor, tengo varias preguntas que hacerte ¿ se llama, Francisco ?, ¿ es francés ? y si no es familia del Antoñito este, ¿ podría ser familia de mi eterno enemigo, el primero de los Franciscos ?.
Mira, Juan, estás personas, caerán por si solas, no tienen un argumento muy locuaz. Y, tranquilo, caerán en la misma trampa, que crean para sus victimas. Y, cuidadito con los Franciscos y Antonios... hicieron mucho mal a nuestro imperio. Por cierto, tengo que irme, Juan... La Reina, me espera para comer. Hay... Paella. Cuando hay paella, en casa, nadie se pierde la hora de comer. Si probaras la paella de la Reina, te chuparías los dedos. Felipito, suele repetir hasta tres platos; eso si, la Reina la hace a leña y el agua la trae de Valencia... díselo a tu amiga, la encantadora espía ... para hacer paella...el agua de Valencia. ¡ Ah !, el agua del grifo. No sea que se confunda.
Mi invitado, fue un hombre importante en la historia de nuestro país. Mucha gente, dio la vida por su causa. Incluso esa gente, preferían morir por Carlos, que vivir por una causa que no comprendían, ni querían comprender.
Una vez, que me aclaro la duda, me dice que tiene que irse. Le acompaño hasta la puerta; donde abajo en el portal, le esperaba un carruaje, con toda la grandeza, que pueda tener un Emperador, le llevara hasta su morada, en el Monasterio de El Escorial.
Cuando está a punto de cruzar el umbral de mi época a la suya, se detiene y con un giro, que solo están al alcance de los de su alcurnia, me lanza una sentencia en forma de consejo... Recuerda, Juan. Para comprender el presente y el futuro de tú país. Hace falta conocer el pasado. Por cierto, ¿ tenéis un cantante llamado Serrat, que nació en el noreste de España ?. Bueno, pues ese poeta, canta una canción llamada Los macarras... ja, ja, ja mientras, se ríe, pone la mano, en su boca, como intentando disimular la risa que le produce la palabra. Bueno, vamos a lo que vamos; que le vamos hacer. Me ha hecho gracia la palabra.. Lo que decía, hay una canción que se llama Los macarras De La Moral.
Siempre, que puedo, la pongo... ¿ y a que no sabes en quién... pienso ?, ¡ EXACTO !... Francisco I y en Antonio Pérez.
Posteriormente, lo veo desaparecer, indicándome con un gesto, que volverá a visitarme, cada vez que quiera yo, que me ilustre con sus experiencias de la vida misma.
Leyendo entre líneas, sus palabras, me ha querido decir...
Si estas convencido de que no has hecho nada malo. Sigue adelante y no te rindas. No bajes la cabeza, no tienes porque avergonzarte de nada. Aunque la gente, piense todo lo contrario, nunca bajes la cabeza, si estas convencido, de que no has hecho nada de que arrepentirte.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me quedo con la conclusión, aunqué...en la percepción del bién o el mal está el detalle, igual lo que para uno es hacer el bién , para otro es lo peor que se puede hacer. Para la moral el bien o el mal es dificilmente definible...
Bsts

MeRCHe dijo...

Totalmente de acuerdo en que siempre con la cabeza alta, si tienes tú conciencia tranquila lo que piensen los demás hay que dejarlo de lado. Cierto que siempre no es fácil, pero al menos hay que intentarlo porque si vivimos pendientes de lo que piensen los demás, terminaríamos por vivir la vida que ellos quieren, pensar como ellos piensan y no vivir nuestra vida sino la de ellos.