miércoles, 2 de enero de 2008

LIO EN MERCADONA


Son la 13:10 h., del último día del año. Después de haber almorzado con mi garganta profunda en la Once repito, para el resto de los españoles, que no son valencianos... almorzar me dirijo hacía Mercadona, para comprar los últimos alimentos, para esta noche pasarla en La Eliana, con un grupo de gente.
Cuando llego al barrio, busco el súper, y es como si me metiera en una zona de guerra. Entro y sin exagerar en el centro habrían unas cien personas a ojo de buen cubero.
Me adentro, saludo a Carmen la cajera alzándole la mano y ella me hace una mueca, haciéndome ver, que hoy está con micho trabajo.
Me veo a un renacuajo, cogiendo unos pistachos... ¡ Niño !, me tienes de los nervios, quieres dejar eso. – le abronca la madre. – Jo... mama, quiero pistachos. – Te he dicho que dejes eso ó tú no cambias de año y té quedas en el 2007 - le vuelve abroncar la madre, amenazándole. Yo que tú, le haría caso, es muy aburrido, quedarte en un año tú solo.- le digo, susurrando al pequeño. Mientras, la madre me guiña un ojo, dándome las gracias.
A unos quince metros de donde estoy, veo a una pareja discutiendo por una botella de whisky... Pero, churri, ¿ porque no quieres que compremos el whisky ?, le pide el chico con una sonrisa sarcástica. – Porque, vale 23 €, ¿ pero te crees que somos los mayores accionistas del Banco Santander ó qué ?. - le razona la novia malhumorada, pero con la sonrisa puesta. Mientras, los clientes miran la pequeña discusión entre enamorados, como si se tratara de una obra de teatro... pero gratis.
Me giro, en dirección a la panader... ¡ Ahhhh !, si no me aparto, el renacuajo de antes, casi me atropella, que esta imitando al mismísimo Carl Lewis, pero el pequeño con una sonrisa de borde. Detrás del pequeño granuja, iba corriendo un empleado del súper con la lengua fuera, al grito... Nene, quieres dejar el chocolate, la madre que lo parió. – le recrimina el empleado... Soy yo, la que corre detrás de usted, en busca de mi angelito .- ¿ angelito ?. - se extraña José.
Sé que se llama José, porque lo ponía en su solapa. No es que yo, lo conociera. Una vez que cojo el pan, me voy a la zona de los aceites... ¡ Uy !; disculpe. Hoy, parece que estamos en una lata de sardinas. Calculo que habrán en Mercadona, unas 500 personas.- después de haberme pegado un pisotón, una señora... Tranquila, no se preocupe. Le felicito el fin de año y me marcho a por mi aceite de oliva.
A mitad camino por el pasillo central, tirando a la izquierda, según el viento del noroeste, un joven de unos siente años, me agarra del chaquetón y me dice... ¿ es usted, Papa Noel ?. - pongo la cara de incredulidad, mientras oigo al padre a unos tres metros... No, David, aunque tenga barba y vaya de rojo, no es Papa Noel.- Ni soy rojiblanco del At. de Madrid le matizo con una sonrisa.
Cuando llego al aceite Carbonell, me veo a una señora discutiendo con otra... Señora, quiere soltar las croquetas, que las he visto antes. – le protesta la señora rubia de bote, mientras la de los pelos a lo Karmele Marchante, le responde... Señorita, si no le importa y suelte, que las vi antes.
Me dirijo a la sección de la charcutería, para coger una docena de huevos, cuando detrás de mí oigo... tu no tienes huevos y cuando me doy la vuelta para contestarle, que por eso iba a la charcutería, me veo que no se dirigía a mí, sino a su amigo que lo tenía enfrente. Y, que se estaban desafiando uno a otro, mientras el abuelo de la guerra del 39, les da un cachete a cada uno de ellos.
Mientras; noto y, contando a ojo de buen cubero, habría unas dos mil personas, comprando las últimas compras del año. Dudo en coger coca-cola ó no; al final, la cojo, junto con el nescafé y me pongo en la cola de la caja donde está Carmen.
Cuando llega mi turno de pago y mientras pasa los artículos, me dice... Menudo agobio, la cantidad de gente que hay, habrán sin exagerar unas cinco mil personas. - mientras le contesto... sí, mucha gente a última hora. Veo, que la cajera, me toca el brazo... Disculpa, Juan... Señora, ¿ quiere coger a su hijo, que me va a tirar las cajas de galletas ?.- la madre a todo esto, pidiendo disculpas por el comportamiento de su hijo.
Miro detrás y me veo al renacuajo del principio, intentando coger la caja de galletas María, que esta sosteniendo una torre de cajas. Son 8,35 €, Juan.- Vale, gracias, Carmen. Feliz año y pásatelo muy bien mientras cojo la compra y me marcho del local.
Cuando salgo de la zona de guerra de las compras, oigo a dos señoras que van a medio metro, delante de mi... ¿ Has visto la cantidad de gente que había ?.- respondiéndole su amiga... Si, hay seis mil seiscientos treinta y dos personas. Nos quedamos tanto la amiga como yo, asombrados de ese ojo clínico que tiene y mientras, noto una leve carcajada, no me puedo reprimir y le pregunto... Muy bien, ahora ¿ nombre y apellidos de cada uno ? mientras les adelanto y me alejo de su posición.
Giro la cabeza hacía atrás, y veo que se queda con la cara desencajada, y su amiga se tapa la boca, escondiendo la sonrisa de burlona, para que no se de por aludida.
En fin un día como otro cualquiera... QUE HALLÁIS TENIDO UNA SALIDA 2007 Y ENTRADA DE AÑO 2008 BONITA. Un beso.

4 comentarios:

Evinchi dijo...

Igualmente Zerep, muy feliz año.

Y para la próxima, para un nescafé, una coca y una barra de pan, vete al colmado de barrio más cercano.

lola dijo...

Hola, espero que tengas un año lleno de cosas estupendas.
Y es que no se puede ir a comprar a última hora...a nosotros casi siempre se nos queda algo por comprar y es que no somos nada previsores.
Saludos!!

lola dijo...

Hola, para subir fotos, primero las buscas y las guardas en mis imágenes, luego las subes con blogger en el mismo sitio donde haces las entradas, arriba hay un icono que dice subir imagen, le das ahí y ya te sale el cuadro de diálogo, espero haberte ayudado, Saludos!!

EGOSTEIN dijo...

Las compras de Navidad y de Fin de Año son una delicia. Eso de esquivar a toda esa gente y salir triunfante de la tienda es la mejor parte del deporte extremo del "shopping".